Lunes 17 de Mayo
Hoy nos hemos despedido del paradisíaco lugar de los Cayos de Tobago, en las Antillas, un poco más al NE de la legendaria Trinidad y Tobago con la que podríamos confundir los anteriores.
Como viene siendo habitual la travesía estuvo acompañada de aguaceros, a los que ya nos hemos acostumbrado y una mar que para nada nos recuerda a los espacios idílicos de los tradicionales folletos turísticos que venden para nosotros este remoto lugar, aunque fue soportable porque no duró más allá de tres horas.
Mustique, es la isla de hoy, y el atraque en boya en la bahía de Britannia, un lugar muy glamoroso según las guías, donde se refugian las estrellas de Hollywood y su parentela. Pero esto sólo repercuten en los precios de los atraques, las cervezas, los hielos…etc, que se multiplica por tres y cuatro.
Nuestro almuerzo lo hacemos en el barco, como viene siendo habitual, no sólo porque el equipo de cocina tiene arte sino porque las ofertas gastronómicas de los puertos en los que recalamos son escasas o casi nulas.
Por otro lado podríamos pensar que en estos lugares hay buen surtido de pescado y nada más lejos de lo real. Un triste atuncillo chico en el que llaman mercado del pueblo y donde no había más productos que el hielo que compramos. En un super carísimo y con un surtido de estado de racionamiento conseguimos dos paquetes de congelado de pato, la única carne existente, que al día siguiente nos los habría de preparar Belén y Arturo.
Por la tarde dimos un paseo por la playa cercana al puerto hasta donde se extendía un manglar con árboles venenosos, así al menos advertían unos carteles de atención, para que no te protegieras bajo su copa en caso de lluvia porque la sustancia que desprendía era tóxica. Otro detalle que nos sorprendió fue la cantidad de restos de coral amontonado en la orilla, al parecer efecto del huracán que asoló estás islas en noviembre del año 1999.
Como la noche se nos echa muy pronto encima, y más aún cuando está nublado (un día más sin rayo verde), y el baño nocturno en agua salada correspondiente al aseo diario exige al menos un grado de confianza con un algo de resplandor, -porque las profundidades oscuras con sus habitantes se hacen más siniestros aún-, nos retiramos pronto a nuestras dependencias flotantes para poner en orden todas las experiencias vividas durante el día y poder compartirla con todos nuestros amigos y familia, a los que agradecemos con sinceridad y cariño todos los comentarios.
jueves, 20 de mayo de 2010
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