El sábado salimos de Canouan trás un desayuno especial con tarta (ya que Juan cumplia años) , los garbanzos los dejamos medio cocidos, y ponemos rumbo a los Cayos de Tobago. Son un grupo de islitas protegidas por una barrera de coral. Islas de postal con palmeritas. arena blanca y fondos cristalinos. Buen regalo de cumpleaños.
Al llegar nos amarramos a una boya justo enfrente de una pradera marina que para nuestra sorpresa estaba llena de tortugas. Nos visita al barco Sydney, un chabal majete con mucho colorido en su ropa y en su barco y nos vende unas camisetas simpaticas.
Todos nos hemos comprado una, las chicas iguales con tortugitas, mientras tanto los garbazos terminan su coción, los efluvios que salen del mismo atraen a varias aves que no tienen ningun reparo en pasearce por la cubierta.
Todos preparados con nuestra indumentaria para hacer tubito, y la emoción de descubrir ese espacio turquesa.
Lo primero que vemos y para nuestra sorpresa,unas enormes tortugas que placidamente comian y nadaban.Que bonito verlas tan cerca agiles y armoniosas en sus movimientos,en un fondo tapizado de estrellas, algas, plantas diversas, piedras y corales que acogian a una gran cantidad y variedad de peces de mil colores: trompetas, loros, barracudas, y cientos mas que desconocemos.
Hemos terminado el dia viendo la puesta de sol en una de las islitas y en el camino nos topamos con un curioso animalito llamado Manicú. Una especie de roedor de hocico puntiagudo y rabo largo. También unos enormes cangrejos se disponian en sus guaridas a dormir, junto con dos miembros de la tripulacion que decidieron pasar la noche en la isla. El resto nos fuimos al barco.
Mañana será otro día en Tobago...
lunes, 17 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Belen, que chuli, que envidia me dais.
ResponderEliminarMuchos besos y disfruta.
Tu prima